MERCENARIOS DE LA BICICLETA
En este
grupo de ciclistas, sólo perduran los mercenarios auténticos, los duros.
Nuestro precio, un buen almuerzo y mucha
cerveza.
Para animarte con el grupo a una etapa larga
y dura, debes estar bien preparado física y psicológicamente, además de llevar
siempre un as o una daga bajo el maillot y bajo ellos, bajo los maillots de los
mercenarios de la bicicleta hay escondidas muchas armas: cuchillos, hachas,
puñales y más armas de ataque punzante, aunque no las verás hasta que la cosa
se ponga tensa, difícil.
A veces, sí puede ser que veas algún
cuchillo sobresaliendo del maillot e incluso hay algún mercenario que aparece
con uno entre los dientes de buena mañana, eso significa guerra.
Pero para salir con ellos debes ser uno de
ellos, de los mercenarios, duro, correoso y difícil de matar.
La mayoría han llegado de otros grupos, los
cuales los han exiliado y ante el destierro ¿a dónde vas?, pues al grupo
mercenario.
Es un grato honor formar parte de ellos y es
halagador el haber sido herido de muerte varias veces y seguir en boga,
luchando, con cicatrices y estas, las cicatrices, existen a cientos en el
grupo.
Son muchas las batallas, las contiendas que
ha habido que lidiar y muchas las heridas que lamer y curar.
Si los conoces, si los ves y te fijas
atentamente las observarás, las grandes cicatrices, algunos las tienen a
decenas en las piernas, pero las peores son las de la mente, en tu motivación.
Esa palabra es el grito de guerra de los
mercenarios de la bicicleta, motivación, pues hay que tener mucha para no
desistir del grupo, fuerte aguerrido, veterano. Sí, la mayoría son veteranos
curtidos en mil y una batalla por las carreteras.
Frío, calor, aire, lluvia, hielo, nieve,
sudor, cansancio, calambres, extenuación y muerte, todos estos elementos hay
que superar, más las ya referidas armas que esconden los mercenarios y con las
cuales te atacan, hieren, mas cuando te tocan de muerte, siempre hay alguno que
demuestra y desenmascara sus sentimientos, te cuida y te lleva de regreso,
herido, pero a salvo, de vuelta a casa.
FIN
LLAMAX
Que gran novelica! A ver quien es el valiente que quiere enfrentarse en la carretera cara a cara con semejantes mercenarios!! aunque para almorzar seguro que hay más voluntarios!!
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