Vistas de página en total

Combate Mortal


COMBATE MORTAL








Edgar era un chavalín adicto a las máquinas. Más concretamente a las videoconsolas. Su especialidad era el “combate mortal” y su personaje preferido “Honda”, con el cual ganaba todos los combates, que solían ser a KO. Cuando ganaba un combate tenía la posibilidad de, o bien dejar noqueado al adversario, o liquidarlo de forma violenta.
   Y Edgar era aficionado a liquidar  a los vencidos, aunque la máquina te advertía que en un futuro, podría tener repercusiones un tanto negativas, pero Edgar (y más jugadores compulsivos) pasaban de estas … tonterías.
   La advertencia de la máquina era solemne y muy seria, decía exactamente, con voz metálica e impersonal “tienes la posibilidad de dejar ko a tu adversario o liquidarlo de forma violenta pero … ¡cuidado!, cuidado con esta elección pues, en un futuro lejano, tendrá repercusiones … traumáticas. ¡Tú elijes!”.
   Y Edgar, como otros tantos jugadores, pasaba olímpicamente de las advertencias de la máquina.
   Una máquina es un montón de cables y nada más.
   Pasaron los años, 20 exactamente y Edgar era un muchacho normal, con una vida normal (hasta tenía un hijo), pero no podía imaginar, ni tan siquiera sospechar que “combate mortal” volvería a formar parte de su vida y … ¡de qué forma!. Esta vez lo viviría de forma real, no ficción, no en videojuegos, sino real.
   Y … ¿cómo sucedió?.
   Pues una noche, mientras Edgar dormía tuvo un sueño, estaba en “combate mortal”. En un principio no le dio importancia, pues era un sueño, pero resulta que ¡podía pensar y actuar a voluntad en él!, y sentía plenamente y en el sueño Edgar era “Honda” y tenía que luchar.
   La lucha no era a muerte, pero los contrincantes tenían la posibilidad de liquidarte de forma truculenta si perdías.
   Edgar quería salir del sueño, hacía esfuerzos sobrehumanos para huir, escapar del sueño pues, aún siendo “Honda”, con el cual cuando jugaba tiempo atrás a los videojuegos, nunca perdió un combate, ahora, ¡tenía miedo!.
   El sueño era tan real, sentía como en la vida real, pero quería escapar.
   Pero no pudo y tuvo que luchar a ko y Edgar, “Honda”, perdió y su adversario podía dejarlo ko o matarlo de forma cruel, dolorosa y Edgar, “Honda”, vio a su enemigo ir con ira en los ojos a por él y de pronto lo recordó, recordó la advertencia de la máquina y chilló, chilló, chilló ….

                                               *    *    *

  Aquí termina la novelica, no sabemos si Edgar despertó o no despertó jamás, pues Sega lo mató.
   ¿Segá verdad?.

                                                     FIN

                                                LLAMAX





1 comentario:

  1. Que simpática novelica! con una final con moraleja y todo! Segá posible??? jejeje, nos da que pensar que las cosas que hagamos hoy tal vez mañana nos pasarán factura!!

    ResponderEliminar