LOS ECUÁNIMES
Irradiaban felicidad.
Sonreían.
Sus acartonadas caras con unos músculos poco
acostumbrados a la postura de la sonrisa parecían gomas estiradas hasta sus
últimas tensiones admisibles… la sensación de satisfacción era extrema y, al
mezclarse con un deleite exacerbado,
olvidaron sus distantes, fríos y calculados modales entregándose a gozar
del momento sin tapujos…algo extrañísimo en ellos.
Brindaron, era la tercera copa de coñac que
se introducían en el cuerpo. Lo tomaban a grandes tragos, la botella costaba
unos 15000 euros, la preparaban y la embotellaban en Escocia expresa y
exclusivamente para ellos, se las traían en un jet a toda velocidad para que no
perdiera ni un ápice su aroma y sabor, todo un lujo para cualquiera que no
fueran ellos.
Al poco tiempo ya sonreían con la boca
abierta sin ninguna vergüenza ni miramiento, algo impensable fuera de aquel
círculo… después de todo estaban entre semejantes, entre iguales, cada uno de
ellos consideraba que aquella sala era la más exclusiva del mundo, en ese lugar
y solo allí se codeaban con las únicas personas de la Tierra que consideraban a
su altura, solo permitían ser mirados directamente a los ojos por los que
tenían en ese momento alrededor, para el resto de los Humanos era una terrible insolencia
castigada con la muerte…
Todos los que allí se encontraban pensaban
igual, actuaban igual, vivían la vida igual… su poder se lo permitía, no todas
las personas eran consideradas como
miembro del extremadamente selecto grupo de “los amos del mundo”...
Eran cinco, cinco hombres de alrededor de 75
años pero con un aspecto extraño, parecían más jóvenes aunque las varias
operaciones estéticas que tenían en su haber les conferían un aspecto
fantasmagórico…
- - ¡Por fin lo hemos conseguido!
Exclamó Omega, el más veterano de ellos.
- - ¡Qué lejos lo veía! ¡Pero qué bien sienta el
haber vivido para saborearlo….!
Respondió Muelo, sin caber en sí de gozo.
Los otros tres participantes, Potro, Cale y
Hume, estallaron en una risa tonta pero intensa, disfrutando de cada momento.
- - Por fin hemos dado con la fórmula para tener
al mundo controlado sin que las personas lo perciban…tenemos el poder absoluto
en nuestras manos…
- - ¡¡No seáis estúpidos!!- Bramó una terrible
voz desde una esquina de aquella sala.
Aquellos cinco hombres pararon en seco su
celebración. Con pánico en los ojos y con la sonrisa cortada de cuajo, giraron
sus miradas hacia la esquina de donde provenía aquella perturbadora voz que
tanto temían… aunque desde allí solo conseguían ver una silueta oscura.
-
Aun queda deshacernos nuestra china del
zapato particular, de un insignificante escollo pero que puede llevar al traste
todo el trabajo de nuestra vida…- Hizo notar aquella voz con algo de ira.
- - ¿Te refieres a…?- Musitó con sumo cuidado Muelo.
- - Sí, me refiero a Samuel Mallax…uno de
nuestros mayores e incompresibles errores…- Dijo la voz
- - Es solo cuestión de tiempo, morirá pronto,
hemos conseguido que su mujer colabore…- exclamó con seguridad Omega.
- - Quiero darle de comer a mis perros su cabeza
lo antes posible, Samuel Mallax puede llegar a ser más peligroso de lo que
creemos…recordad que absolutamente nadie puede sospechar siquiera que ha sido
un asesinato…- Respondió la voz extraña
-
Descuida…- Contestó con timidez Cale.
-
Ahora id tomando las pastillas azules... las
bailarinas están a punto de entrar y tardan en hacer efecto, a Cale dejadle la
gordita, como siempre...- Exclamó en un tono más conciliador la extraña silueta
que tanto atemorizaba a “los amos del mundo”.
Nomecans estaba hundido en
aquel bar, se encontraba sentado en el taburete y tumbado sobre la barra, con
la cabeza y los brazos apoyados completamente sin importarle que estuviera
desagradablemente sucia, en realidad parecía no importarle nada en el mundo.
Nomecans estaba totalmente
borracho, se encontraba al lado de un vaso de whisky caliente, con los cubitos
totalmente deshechos.
La camarera, al creerlo
dormido, fue a retirarle el whisky suponiendo que, caliente como estaba, ya no
se lo iba a tomar. Pero al alargar la mano Nomecans se anticipó y agarró de la
muñeca a la sexi camarera justo antes de que cogiera el vaso.
-
Ni se te ocurra bonita…
La camarera lo miró con
desdén en un principio, aunque luego se apreció algo de lástima en su actitud.
-
Lo tienes caliente, no hay persona humana que
pueda tragarse eso, por muy borracho que esté…
Nomecans, al escuchar estas
palabras y sin molestarse en levantar la cabeza de aquella barra, acercó la
mano al vaso de whisky señalándolo con el dedo índice. Lo que ocurrió a
continuación dejó con la boca abierta a la camarera, ante sus ojos y tras escuchar
un sonido como gaseoso, aparecieron dos cubitos en el ancho vaso de whisky y el
vidrio quedó helado, como recién sacado del congelador.
La atónita camarera parpadeó
tres veces, a continuación exclamó:
-
Vaya una manera de querer llevarme al huerto…
casi lo consigues... mejores magos han intentado impresionarme con otros trucos
parecidos… pero recuerda que este es la ciudad del juego y el espectáculo y ya
he visto prácticamente todo… Lo siento…
Nomecans esbozó media
sonrisa. Ella se alejaba como molesta pero con una gran sonrisa interior.
Al momento tres tipos enormes
entraron en el local con cara de pocos amigos y en una actitud muy agresiva,
eran antiguos paramilitares procedentes de países del este muy acostumbrados a
la lucha cuerpo a cuerpo.
-
¡Ahí está! ¡A por él!- Bramó uno de ellos,
calvo, que tenía el cuello como un toro y era el jefe de los desalmados.
Nomecans, con sus sentidos
perturbados por la borrachera, entreabrió los ojos, notó el viento que se movió
al cerrarse la puerta con violencia, el sonido de los pasos acercándose, la
reacción de miedo de la camarera. Todos estos datos los recibía y los asimilaba
con una rapidez extrema, comprendiendo cada cosa que sucedía a su alrededor sin
necesidad de verlo con los ojos.
-
¡Tú! Nomecans, ¡Síguenos!- Dijo
amenazadoramente el hombre del cuello de toro
Nomecans ignoró
conscientemente esta orden aun a riesgo de su integridad. Para cuando el hombre
del cuello de toro levantó su pie talla 47 del suelo con intención de
incrustarlo lo máximo posible en la espalda de Nomecans, nuestro héroe, sin ni
siquiera molestarse en mirar hacia atrás, gracias a los sonidos y al
desplazamiento del aire, ya había previsto todos lo que necesitaba para
esquivar el golpe y contraatacar.
Se arrojó al suelo con unos
movimientos ágiles aunque desacompasados por su borrachera, pero lo suficientemente
certeros como para evadir la terrible patada que iba dirigida hacia su persona.
Antes de que el pie del atacante realizara todo su recorrido, Nomecans alzó el
taburete en el que instantes antes estaba sentado y lo colocó en su
trayectoria.
El hombre del cuello de
toro, sin saber cómo, acabó introduciendo la pierna entre las patas del
taburete.
Nomecans giró entonces con
fuerza el taburete, forzando la rodilla hacia el lado opuesto de su rotación
natural, rompiéndola de una manera brutal.
El hombre aulló de dolor con
su rodilla destrozada, cayendo al suelo amargamente.
Uno de los otros hombres que
acompañaban al ahora lesionado matón, furioso al ser testigo de lo que le había
pasado a su compañero, dirigió su inmenso brazo en forma de mortal puñetazo
hacia la cara del infeliz Nomecans, que acababa de reincorporarse tras el
contraataque.
Quiso esquivar el terrible
puñetazo lanzado de aquel mastodonte de 2,05 m, y lo hubiera conseguido de
haber estado sobrio, pero por su embriaguez no tuvo la suficiente habilidad
para apartarse completamente. Consiguió que no le diera en la cara pero aquel
puñetazo, que pareció la coz de un caballo, acabó impactando en el hombro de
Nomecans, lanzándolo por los aires hacia la pared lateral del bar.
Nomecans voló por toda la
sala girando sobre sí mismo sin control hasta chocar violentamente contra la
pared, tras el costalazo cayó aparatosamente al suelo conmocionado.
El mastodonte corrió hacia
él para rematarlo.
Nomecans intentaba
reaccionar con rapidez, aunque el tremendo impacto y la borrachera que aun lo
acompañaba eran un lastre para pensar con claridad.
El mastodonte se acercaba
implacablemente, Nomecans lo veía cada vez más grande desde su posición,
acercándose con una furia inmensa.
Nomecans sabía que no podía
escapar, no había salida, no podría esquivar esta vez el golpe que se
avecinaba.
El atacante llegó hasta su
objetivo y, aprovechando el impulso que le daba la carrera, levantó la enorme
bota que vestía su pie para patear la cabeza del desesperado Nomecans, que no
se veía capaz de impedir el brutal impacto.
Fueron milésimas de segundo,
el mastodonte soltó su inmensa patada siguiendo perfectamente la trayectoria
que había previsto, pero, al impactar con Nomecans, fue testigo de algo
realmente insólito... ¡El cuerpo de Nomecans se convirtió en cenizas!
El mastodonte que acababa de
realizar el ataque se quedó estupefacto, casi en estado de shock. Este
corpulento hombre había visto de todo a lo largo de su carrera como matón,
había hecho saltar todo tipo de vísceras y destrozado innumerables huesos con
sus poderosos golpes... pero aquello... ¡jamás había visto algo igual! ¿Habría
desintegrado a Nomecans?
El tercer matón que aun no
había entrado en el combate tenía los ojos fuera de sus órbitas y era incapaz
de realizar ningún movimiento.
La camarera, que había
observado toda la escena agazapada detrás de la barra, ahora levantaba la
cabeza poco a poco, con la boca y los ojos muy abiertos.
El jefe de los matones que
hasta hacía unos instantes estaba aullando por el intenso dolor que le había
provocado la rotura de su rodilla, ahora permanecía en el suelo, mirando lo
ocurrido, sin poder articular palabra.
Cuando el estupor era mayor
y todos los asistentes se negaban a asimilar lo que sus ojos decían haber visto,
desde el lateral de donde había transcurrido la escena apareció una veloz
silueta que atacó, extintor en mano, al mastodonte que aun miraba atónito las
cenizas.
Era Nomecans, que apareció
como una exhalación y golpeó con el extintor en el lateral de la cabeza de
aquel mastodonte que cayó inmediatamente al suelo inconsciente.
La caída de aquel hombre fue
lo más parecido a cuando cae un árbol de grandes dimensiones, creyeron,
incluso, que el suelo retumbaba.
El tercer matón sintió
pánico al ver que en ese momento Nomecans se dirigía hacia él con actitud
amenzante.
Hubiera resultado cómico en
otras circunstancias que un joven que apenas había pasado la adolescencia y que
apenas llegaba al 1,80 hiciera que un hombre de 1,98 cm, gordo, con varias
cicatrices en la cara y con un aspecto aterrador, tuviera pavor solo de
mirarlo.
El tercer matón cayó al
suelo de culo, al fallarle las piernas cuando retrocedía.
-
Por favor... solo queremos que nos
acompañes... nuestro jefe nos matará si no te llevamos... solo quiere jugar una
partida contigo... eres muy famoso...- Dijo el matón.
-
Podríais haberlo pedido con más educación...
vayámonos... - Dijo Nomecans mientras se acercaba a la barra a pagar sus
consumiciones. Al pagar, guiñó el ojo a la camarera y ésta le regaló una
hermosa sonrisa.
Nomecans viajaba en el coche hacia una
dirección desconocida, iba a jugar una de sus muchas partidas de póker. Tenía
un aspecto terrible y descuidado a pesar de su juventud. Barba sin arreglar,
ojeras, sudor por todo el cuerpo, signos de alcoholismo...
Habían pasado varios años desde que lo
descubrieran en la nieve y se viera obligado a huir para no convertirse en una
mezcla de rata de laboratorio y de mono de feria exhibido como un trofeo.
Quiso desaparecer para el mundo aunque sin
abandonar sus ideales, su intención era luchar por aquello que tenía tan claro
dentro de sí…
Hasta que volvió a encontrarse con Vicen…
Vicen fue el niño con el que compartió
existencia, el niño que recibió su corazón y con el que había llegado a unirse
de tal manera que fueron la misma persona, ambos compartieron completamente el
alma y vieron y conocieron el interior de ellos mismos…
Cuando extirparon el corazón de Nomecans del
cuerpo de Vicen, éste recibió el corazón de una persona perturbada y se
transformó en un ser oscuro, casi sin signos del niño que una vez compartió la
vida con Nomecans.
Nomecans, en su lucha por concienciar al
mundo, coincidió con Vicen, desencadenando una terrible transformación en
Nomecans.
Contemplar el monstruo en el que se había
convertido el niño del que una vez formó parte trastornó de tal manera la
conciencia de Nomecans que, simplemente, perdió toda la razón de su lucha, tiró
la toalla… aunque sus poderes los mantenía intactos.
Si alguien como Vicen podía llegar a hacerse
tan malvado, era porque los seres humanos no eran como Nomecans creía.
Al perder la esperanza de la condición humana,
Nomecans comenzó a dejarse arrastrar por los vicios y la perversión, además de
intentar olvidar el destino de su alter ego Vicen.
El alcohol y los juegos de azar se
convirtieron en sus compañeros inseparables, poco a poco se fue introduciendo
en el submundo obscuro de estos ambientes y, al contar con sus fantásticos
poderes: el de teleportación, control del hielo y del frio y el de la clarividencia
ipso-facta, este último fue al que más partido le sacó ya que le permitía
realizar unas partidas de póker inconmensurables. Gracias a esta cualidad, pronto
se hizo muy famoso entre los círculos más importantes de esta marginal atmósfera.
Era frecuente que lo invitaran a peligrosas
timbas de póker, los jugadores más significativos y los millonarios más osados
querían medirse con él y jamás lograban derrotarlo, a no ser que se dejara
ganar cuando comprendía que, de otra manera, su vida corría un gravísimo
peligro.
Atrás, muy atrás, quedaron
sus ansias de aportar algo positivo a la Humanidad….
Hacía
un día fresco, las nubes acababan de dejar que el sol bañara con sus rayos la
tierra mojada por la lluvia que arreciaba hacía unos instantes. Permanecer en
el sol proporcionaba una placentera calidez que el cuerpo agradecía y le hacía
sentir reconfortado. Era un día perfecto para filosofar y escrudiñar entre las
profundidades del Universo Nomecanso… y en esta tesitura se encontraban Alexandre
M.G., Carli, Llamax y Seyis.
La
casualidad quiso que esa mañana reuniera a estos cuatro genios del arte de la
reflexión en el parque 9 d’Octubre, junto a la oficina de servicios.
Cuando
más airada y más profunda estaba resultando la conversación, el móvil de
trabajo del inefable Llamax comenzó a emitir el característico sonido de
llamada.
Entre
sonrisas Llamax se disculpó y miró en la pantalla quién era el artífice de
dicha llamada.
Lo
que vio le extrañó mucho, el número era excesivamente largo y no lo había visto
nunca. Sorprendido, descolgó el teléfono y escuchó una voz totalmente
desconocida.
- - ¿Señor Llamax?
- - Si, un servidor, dígame usted…
- - Lo que tengo que contarle es de altísima transcendencia,...
- - ¿quién es usted?
- - Soy Samuel Mallax, el presidente del país más
poderoso…
- - ¿¡Samuel Mallax!? Y yo soy Greta Garbo,
jajejijoju, usted me está tomando el pelo.
- - Escucha mi voz Llamax, sabrás que soy yo, sin
duda…
Se
dirigió a sus acompañantes pidiéndoles silencio y atención, estos, al
contemplar la cara de preocupación de su compañero, se quedaron con el alma en
un puño por saber que ocurría.
- - Es cierto señor Mallax, su voz es
inconfundible…
- - Te acompañan tus tres compañeros, ¿verdad?
- - ¡Sí! ¿Cómo es posible…? ¿Cómo lo sabe…?
- - Os estoy viendo desde el satélite, os tenía
que localizar, sois los únicos que podréis salvar a la Humanidad…
- - ¿¿¡Noosotrrooosss??? Un segundo, conectaré el
altavoz para que todos podamos escucharle…
- - Muy bien Llamax… vosotros debéis de salvar el
mundo… ellos ya han llegado a mí, han conseguido que mi mujer quiera
traicionarme…
Samuel Mallax guardó un momento de silencio, de triste
silencio, conteniendo apenas unas lágrimas de profundo dolor…
- - No creo que yo tarde en morir, por eso os
pido ayuda desesperada… los amos del mundo, los que mueven los hilos… la tienen…
Llamax y sus compañeros se
quedaron escuchando, con el corazón en un puño. Mallax continuó con su discurso.
- - ¡¡Han conseguido la Lanza de Longino!!
Llamax, Carli y Alexandre se quedaron sorprendidos,
mirándose entre ellos, sin comprender muy bien a qué se refería con aquello.
Seyis, en cambio, quedó consternado, su cara cambió de color, lo había
comprendido todo.
Los tres camaradas lo miraron esperando una explicación,
pero Seyis se dirigió a Mallax.
- - Hola señor Mallax, le habla Seyis, quisiera
saber qué es lo que realmente desea de nosotros…
- - Que forméis un grupo de superhéroes Nomecanso,
que consigáis desbaratar los planes de los amos del mundo, que salvéis a la
Humanidad, pero por favor, recordadlo, jamás debéis de entrar en guerra con
ellos… sabéis lo que ocurriría… tenéis que utilizar otra manera… ¡Oh Dios mío!
¡he de colgar! ¡Recibiréis instrucciones mías muy pronto!
El teléfono colgó repentinamente y las caras de nuestros
cuatro héroes quedaron petrificadas…habían tantas preguntas, tantos
planteamientos, era tan grande la empresa que les habían encomendado.
- - Si nosotros solo somos cuatro oficialillos…
Espetó Carli.
Amigo lector, en el próximo capítulo descubrirás qué es la
lanza de Longino y por qué Samuel Mallax les solicitaba que no entrasen en una guerra
tal y como la conocemos. Descubrirás también como le dan el rango de capitán a
nuestro amigo Nomecans, quienes compondrán el equipo de “Los Ecuánimes” y el
por qué de ese nombre… te adelanto que van a ser grandes aventuras y que personajes
tan variopintos como el Tango, el hombre sonrisas, los recientemente adquiridos
señores Box y otros superhéroes Nomecanso van a formar una auténtica unidad de
choque. ¿Te lo vas a perder?
¡Seyissss!.Estoy anonadado,extasiado.Mi maxilar inferior se ha descolgado e intento colocarlo en su lugar.
ResponderEliminarFelicidades,de verdad.Te felicito por esta NOVELICA,en la cual entrelazas tantas cosas,tantos personajes.
Intensa y con un ritmo de lectura sublime.Engancha.
Puedo afirmar que nos encontramos con una novelica que marcará un punto de inflexión en el universo Nomecanso.
Espero ansioso la próxima entrega.
Joer Seyiss, parece que sea la novelica oficial de nomecansohistorias. Tiene de todo, y de todos los personajes, por lo que se hace muy familiar y amena. El avance del capítulo siguiente promete muy buenas e interesantes aventuras
ResponderEliminarM.G.
Muchas gracias por vuestros comentarios!! espero que no falléis en seguir publicando vuestras brillantes novelicas para poder ir disfrutando y añadiendo personajes a este universo Nomecanso!!
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